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El paso siguiente consistió en empequeñecer las conexiones eléctricas entre los componentes y en reducir el tamaño de los circuitos. La transmisión de los números de uno a otro componente alcanzó velocidades cada vez más cercanas a la velocidad de la luz.
Un ordenador que tres o cuatro décadas atrás ocupaba un piso entero, y después una habitación, hoy en día puede verse apoyado sobre una mesa. Al haberse hecho instrumentos ultrarápidos, pequeños, fiables y limpios, los ordenadores han ido aplicándose en actividades bien diferentes del cálculo estrictamente científico, militar o económico.
Una buena parte de las actividades de los hombres son actividades en las que se recibe información, se procesa esta información y se transmite una nueva información. Pues bien, el ordenador es un instrumento especializado en ese tipo de actividades y puede por tanto suplirlas. Todo consiste en saber dar una representación numérica a la información de la actividad humana en juego, y describir como programas de ordenador los procesos en los que se ve implicada.
Los ordenadores actuales, además de a las organizaciones, están al servicio de las personas. Hay ordenadores que ayudan a conducir aviones, que juegan al ajedrez, que ayudan a escribir, a pintar, a hacer cine... |